Canclini en su libro “Culturas Híbridas” (1989), presenta conceptos
interesantes acerca de los aspectos y diferencias de la problemática
cultural urbana y de la cultura tradicional, que han hecho que los
grupos que están inmersos en los procesos urbanos siempre cambiantes, ya
sea positivo o negativo, a esto se le suma la interpretación de la
modernidad y la posmodernidad como factores que crean el imaginario
colectivo de las personas; en base a estas ideas los nuevos medios de
información han desarrollado nuevas formas del pensar del individuo
frente a su medio. El adelanto tecnológico, ha propiciado una industria
audiovisual que integra o repite la cotidianidad existente, a la vez que
generaliza la información, esta es una de las estructuras que
desarrollan las culturas hibridas, como aquello que está entre lo
posmoderno y lo moderno.
Las
transformaciones culturales que se dan por la intromisión de las
aplicaciones de las nuevas tecnologías y que han generado y degenerado
los caracteres de los imaginarios colectivos denomina como lo “simbólico”.
En base a ello, no cabe duda que la expansión de las urbes a incidido
para que se arraigue lo híbrido, determinado por los procesos
culturales. La ideología de la transformación que propició la
modernidad. Esto conlleva al individuo a un anonimato, y por supuesto
aun grado de serielizacion, entendido como una reproducción en masa de
individuos que devoran los medios audiovisuales en las esferas de lo
público y lo privado.
La
urbe, dimensionada como la entidad urbana con alta densidad de
población en la que predominan fundamentalmente la industria y los
servicios. En ella se han permeado las relaciones de grupo; la
influencia de los espacios de participación democrática han incidido en
la conformación y desarticulación de sectores, la burocratización de
estos espacios, han conllevado a nuevos movimientos como sindicatos,
grupos juveniles, feministas, etc. que de alguna manera hacen difícil
totalizar toda la estructura de la ciudad; entendiendo que esta no es
solo la parte tangible, sino también la intangible (los imaginarios
colectivos).
En
las urbes se presentan los procesos de la integración de los medios de
comunicación, producto y cliente, la sociedad de consumo y la
totalización de los aparatos de comunicación; estos crean nuevas
estructuras que ayudan a identificar los procesos de la urbe mediante lo
visual, así conectan lo histórico y las incidencias tradicionales,
tribus urbanas, etnias y colectivos culturales que se entrelazan
culturalmente pero que también se territorializan y desterritorializan.
Los conflictos Urbanos y la historia están relacionados entre sí, dejando estructuras (monumentos, grafitis, tatuajes, obras) que son memorias de acontecimientos de sectores de la urbe; de esta manera se masifica el simbolismo de los sectores populares con característica del influjo de la modernidad proceso cambiante y constante; el autor señala que la intromisión de ciertos carácteres híbridos como los grafitis también demuestra y calan en el pensar de los ciudadanos de las urbes. La intromisión de esta actividad artística moderna rompe el paradigma estético en el cual se ven envueltos los grafitis, como tal, se convierten en una expresión netamente urbana, que busca la crítica mordaz del mensaje visual. Los monumentos se quedan cortos a la expresión el sentimiento de las masas, siendo éstos, referencia del pasado; las características de la modernidad y la incidencia de la tecnología plantean un nuevo paradigma a la hora de establecer reglamento de adquisición de la información. Estos lasos entre tecnología, conexión y desconexión, le permiten al individuo moderno relacionarse con una estructura privada de conocimiento infundada de alguna forma por la moda tecnológica. Entonces encontramos en estos horizontes frutos del devenir histórico de la tecnología, aparatos o artefactos que permiten afianzar este proceso como son: la impresora, los videojuegos, videocasetes, los cuales permiten recopilar, grabar y perpetuar las realidades del medio habitual de las personas modificando su pensamiento, creando otra manera de construir los aspectos simbólicos y generando en ellos rupturas importantes que abordan otros paradigmas posibles.
Existe
una aplicación arraigada de las prácticas económicas, que se dan en la
interacción de las culturas, las relaciones sociales se enfrentan y
crean conflictos culturales basados en los poderes, no propiamente como
una consecuencia política sino como un espacio que tiene mucho que ver
con el contexto geográfico ligado de alguna forma a la intromisión de
los poderes extranjeros y las alianzas que se producen con los grupos de
enfrentamiento.
La
legitimidad y la caracterización se pierden por la influencia de la
tecnología, los medios masivos de información, la presión de la
globalización, pactos políticos y generalización de exigencias de
consumo encargadas de lo “in”, sinónimo de lo moderno y si no te sometes
estas “aut” como referencia de pasado de moda o viejo.
En
cuanto al orden, del cómo opera y se reparte el poder, se establece por
quién lo ejerce sobre los que se someten bajo una apariencia de
democracia que se convalidan con la figura del voto; de esta manera se
establecen los poderes políticos, las repercusiones se dejan sentir en
las manifestaciones del arte, la literatura, teatro, música, y en
especial los grafitis; estos son encargados de manifestar desde un punto
de vista más abierto la acción de los poderes políticos, en especial
los conservadores que ejercen mayor manipulación y lacera los grados de
equidad en la esfera de participación del pueblo, no solo en el ámbito
político sino en el técnico y tecnológico; de esta forma se establece el
desequilibrio social, es allí donde se robustece la bipolaridad de los
sistemas social y cultural. Unos siempre arriba, otros siempre abajo.
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