viernes, 30 de noviembre de 2012

LA CULTURA A LA LUZ DE LA GLOBALIZACIÓN


En conferencia dictada en el palacio de justicia de Montería decíamos: En lo referente a la globalización existen dos posiciones antagónicas, la una la considera como la panacea que solucionará todos los males derivados del atraso y pobreza de los países denominados en forma eufemística en vías de desarrollo; para otros es un engendro de los grandes monopolios, compañías transnacionales y entidades financieras internacionales para aumentar el control sobre estas economías, el manejo de sus finanzas, el saqueo de sus recursos naturales, la exportación de capitales, con un nuevo aditamiento, el verdadero secreto de todas estas políticas; la obtención de mano de obra barata. (Ver Osorio Peña Rafael. Causalidad, Globalización y Derecho. Montería. Mayo de 2004).
Se ha ligado la globalización al neoliberalismo, creemos que existen relaciones pero no son la misma cosa. El neoliberalismo es un modelo económico que se caracteriza: 1) Por la apertura de la economía poniendo el énfasis en las importaciones 2) liberalización de los aranceles aduaneros, 3) Reconversión Industrial, 4) Privatización de las empresas estatales productivas, 5) Reducción del papel del Estado, 6) La economía se deja a la suerte del mercado, 7) Surge una nueva dirección política, 8) Se reduce el papel de los partidos tradicionales, 9) Flexibilización laboral, 10) Se criminaliza la protesta social, 11) Se desarrolla una nueva elite gobernante de carácter autoritario.
La globalización significa los procesos en virtud de los cuales los Estados Nacionales soberanos se entremezclan e imbrican mediante actores transnacionales y sus respectivas posibilidades de poder, orientaciones, identidades y entramados varios.
La palabra globalización es distintiva y portadora de un significado específico. (Ver Beck Ulrick. ¿Qué es globalización? Paidós Barcelona – España. 1998. Pág. 29)

Para hablar de globalización siguiendo un a Arnaud se requieren las siguientes condiciones:

1) Un cambio en los modelos de producción, pasamos de la una política proteccionista a una librecambista, propia de un modelo económico neoliberal.

2) El desarrollo de los mercados de capitales, ligados entre sí más allá de las naciones.
3) Una expansión creciente de las multinacionales.
4) La importancia creciente de los acuerdos comerciales que forman bloques económicos regionales de primer orden: la Unión Europea, Mercosur, Nafta, Alca.
5) Un ajuste estructural que pasa por la privatización y la disminución del papel del estado.
6) Una tendencia generalizada en todo el mundo a la democratización, a la protección de los Derechos Humanos, al renovado interés por el Estado de Derecho.
7) La aparición de actores supranacionales y transnacionales que promueven esta democracia y esta protección de los derechos humanos: LAS ONG. (Ver Arnaud Andre Jean. Entre modernidad y globalización. Externado de Colombia. Bogotá D.C. 2005. 1º Edición. Pág. 33).
Es curioso que los críticos de la globalización no den crédito al Marxismo, cuando argumentan que Marx pertenece a unas condiciones históricas diferentes, como si no hubiese planteado que el capitalismo revoluciona incesantemente la producción, propende por el avance tecnológico y científico, buscando unificar las economías particulares en una economía mundial. O a Lenin cuando analiza el papel del capital financiero en las Naciones atrasadas del Orbe, quizás por el manido argumento de que en nuestra época, no tienen nada que decir, cuando es todo lo contrario.
Estamos en una etapa histórica de recolonización del mundo, en que Estados Unidos con sus aliados europeos interviene militarmente de manera directa en otras naciones, para controlar sus economías, manipular su cultura e imponer gobiernos títeres, fieles a los dictados de Washington, como lo muestran los casos de Afganistán e Irak, en un cambio del mapa político del mundo heredado de la II Guerra Mundial, mientras que en Naciones como la nuestra impulsa el Plan Colombia, para cuya aplicación se exige respeto a los derechos humanos, para despejar el camino al tratado de libre comercio, materialización de la globalización y desarrollo del modelo económico liberal.
Entre los defensores de la globalización se afirma que el proceso de la globalización ha traído al mundo mayores niveles de bienestar y mayores esperanzas reales de seguir mejorando nuestras condiciones de vida (Ver Ámbito jurídico No. 19. Año 2006).
Pero autores que miran el proceso críticamente como Joseph Stiglitz, sostienen que: “Sus efectos son devastadores para los países en desarrollo y especialmente sobre los pobres de esos países (Stiglitz Josph Taurus. Bogotá 2º Reimpresión 2006. Pág. 11).
En realidad lo que busca la globalización económica es consumar lo que se alienta intelectualmente mediante la postmodernidad y políticamente mediante la individualización a saber el colapso de la modernidad (Ver Beck ULRICH KLUB. Que es la globalización. Paidós. Barcelona 2º Edición. 1998 pág. 26).
Esta influencia de la postmodernidad revivió las fuerzas del irracionalismo en concepciones como el estructuralismo particularmente Foucault que es una vuleta a Nietsche, pero también en la música pop, la llamada pintura de vanguardia, el arte abstracto, caso teatro de Grotowsky, etc.
Desde esta perspectiva la cultura global es decadente. No es una cultura al servicio de la humanidad. Pero hay un campo en el cual la globalización no significa retroceso: El plano del derecho. Al universalizarse las relaciones jurídicas, el viejo derecho particularmente el derecho civil heredero del código napoleónico de 1804, cede su primacía a un nuevo derecho, el derecho financiero internacional.

En el campo del derecho penal, deja de ser el tráfico de narcóticos el delito que corresponde a la etapa actual del desarrollo del capitalismo para ceder el paso a los delitos electrónicos surgen tribunales como la corte penal internacional, cuya jurisdicción no conoce fronteras, como lo demuestra el proceso al presidente de Sudán o las investigaciones en Colombia, cuya salvaguardia ya se venció.
No todas las expresiones resultantes de la globalización pueden entenderse como cultura. Ella trae muchos peligros. Muchas comunidades pierden su identidad y son víctimas de la penetración cultural.
Esta globalización puede también ser un arma de doble filo para el sistema que le dio vida. Con base en todo lo anterior estaríamos de acuerdo en “Que si aprovechan adecuadamente las posibilidades que la globalización pone en juego el resultado puede ser muy provechoso “(UNAD Módulo Ob. Cit. Pág. 14). Pero en lo positivo, porque en el caso de naciones como Colombia el narcotráfico que es un delito transnacional ha permeado el tejido social, generando una inversión de valores particularmente en lo moral, donde se cree que el dinero todo lo puede como se acaba de demostrar en las pasadas elecciones parlamentarias.

En lo que si no estamos de acuerdo es que la solución sea el llamado humanismo práctico, pues el humanismo ya había sido denunciado por Marx como una ideología Burguesa, específicamente en la sagrada familia (Ver UNAD Módulo de convivencia y expresiones culturales. Pág. 17).

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